Sólo Dios y Harry Potter pueden crear de la nada, con su sola palabra. Y todo el mundo sabe que el niño de Hogwarts es un personaje de ficción. Podemos comprobarlo en el misterio eucarístico. Una oblea y vino sin las manos de un sacerdote que haga descender el Espíritu Santo sobre ellos, siguen siendo lo que son. Y viceversa: un sacerdote que vaya a consagrar sin que sobre el altar haya una oblea y/o vino, tampoco puede consagrar. Sólo Dios crea de la nada.
Algo parecido ocurre con la Fe . La Fe es un don, no un Google Talk: dices unas palabras y ¡ Voilá, aparece lo que quieres ! La Fe es un don, no un hechizo que entra por la oreja y automáticamente provoca la Fe. De ser así , bastaría que un Papa dijera por TV "Jesucristo ha resucitado", para que al instante la humanidad entera descubriera la fe. Quizá por ello durante XXI siglos, la iglesia nunca se ha ido a predicar al desierto. Salvo Evagrio Póntico, que había ido ¿digamos por otro motivo?, pero iban muchos a buscar su palabra.
"Algunos" (me encanta esa expresión bergogliana para referirse siempre a ellos) presumen de crear comunidades católicas de la nada.. Pero en realidad ese "milagro" no ha ocurrido nunca en 50 años. Se exije al obispo entregar al menos tres parroquias, para que ellos le hagan "el favor" de llevarles la Fe. Si no hay parroquia previa "fruto de la tierra y del trabajo de otros hombres" , la cosa no va.
Así al menos, entiende el Papa la Historia de la Iglesia Africana. Desde
el apóstol Felipe. Agustín de Hipona, las congregaciones de las Madres
Blancas y su corrrelato Padres Blancos, Misioneros del Espíritu Santo, y
Combonianos y Combonianas. Y el clero indígena, claro. Imaginemos una
parroquia en mitad de la jungla. En el altar estaría Jesucristo;
presidiendo. En los primeros bancos todos los mártires, santos, y
cuantos en vida trabajaron en la viña del Señor. Unos bancos más atrás,
la iglesia africana actual. Atrás, bancos vacíos para que vayan
ocupándolos conforme vienen nuevos creyentes. Ocurre que "los nuevos" , prefieren descolgarse y ocupar el altar, ocupar en suma el puesto de Jesucristo...
¡Pero!, (la carcajada general al oír "entran por la ventana", esa genialidad bergogliana) los aplausos de las católicas y los católicos de África muestran que reconocen esas malas artes, y las ganas que tenían de que alguien dijera en público, y más un Papa, qué es El Camino.
¡Pero!, (la carcajada general al oír "entran por la ventana", esa genialidad bergogliana) los aplausos de las católicas y los católicos de África muestran que reconocen esas malas artes, y las ganas que tenían de que alguien dijera en público, y más un Papa, qué es El Camino.
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