La nómina de afectados del CNC es casi inagotable, pero no es trascendente porque ésa es la suerte de los humildes. Trofim Lysenko predicaba en la Academia de las Ciencias Soviéticas, que los nietos de los camaradas que lucharon en la revolución de Lenin, nacerían espontáneamente comunistas. A partir de esa generación, la policía y servicios secretos de la URSS serían abolidos por innecesarios: nadie desobedecería.
Los abuelos no eran comunistas perfectos porque aún habían conocido la sociedad capitalista. Los padres no serían comunistas perfectos porque habiendo sido educados en la escuela soviética, trabajado en fábricas colectivizadas, y conocido el partido único, eran comunistas "por la educación", no por generación. Sus hijos, los nietos, ya nacerían espontáneamente comunistas al haberse purificado los genes heredados. Imposible ya, que el proceso se pudiera revertir, bastaba tener más hijos que los capitalistas, para conquistar occidente.
Lejos de producir risa semejante tontería, Stalin impuso el juramento del Dogma Lysenko, a todo científico que aspirara a entrar en la Academia de las Ciencias Soviéticas. Y desde 1927 hasta 1964 se produjo una verdadera depuración y asesinato de científicos, que no aceptaran dicho dogma. Andréi Sajárov fue el primero en denunciarlo pero, no lo hizo hasta ya 1964.
Lejos de producir risa semejante tontería, Stalin impuso el juramento del Dogma Lysenko, a todo científico que aspirara a entrar en la Academia de las Ciencias Soviéticas. Y desde 1927 hasta 1964 se produjo una verdadera depuración y asesinato de científicos, que no aceptaran dicho dogma. Andréi Sajárov fue el primero en denunciarlo pero, no lo hizo hasta ya 1964.
España, 1964. El Lysenkismo recién abolido en la URSS, vuelve a convertirse en dogma en formato Kikianismo. Los hijos de padres kikianos "de la primera hora", aún no nacerán espontáneamente kikianos. Los nietos (3ª generación) garantizan "0" deserciones, "0" separaciones, y todos irán de misiones.
No abiertos a la vida, no abiertos a la precariedad, es que ni abiertos a que el Espíritu Santo pueda abrir la boca sugiriendo otra cosa.
La URSS tardó 37 años en rectificar. El CNC va para 55 años y siguen con la tontería comunista de Trofim Lysenko.
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