Pedro Poveda no fue un don del Concilio Vaticano II. Hijo de la iglesia católica preconciliar llevó el anuncio del evangelio, a los que no frecuentaban la iglesia. Pedro Poveda fue santo, y rubricó sus palabras con el martirio. A los gitanos de las cuevas jamás les reprochó "No tenéis dinero para pagarme lo que he hecho viniendo aquí a predicaros" (Sr. Argüello a los jóvenes en el encuentro vocacional de Panamá).
El inconsciente colectivo de la iglesia católica (del Papa Francesco al joven sacerdote diocesano recién ordenado, que da catequesis en la cárcel de Pescara), sabe que todo aquello que hace 50 años criticaba el kikianismo es, a la postre, en lo que se ha convertido el kikianismo.
Ni los descartados, ni los expulsados, ni los leprosos, ni los samaritanos, ni los gentiles, ni los griegos. Nosotros, nosotros, y nosotros. Lunes y jueves de 22 a 23:30 y, si quieren algo ya saben dónde está nuestra parroquia. El famoso "Que inventen ellos" trocado en "Que cambien ellos". Nunca les ha interesado la mujer o el hombre real para llevarles a Cristo, sólo gente válida para engrosar las filas de "su" KIKAmino. De hecho, están viendo la deserción de los hijos y nietos y antes prefieren verles irse, que buscar otro modo de ofrecerles seguir la fe.
Video: bella descripción de las parroquias de misa de 12 sin darse cuenta de que en realidad hablan de ellos mismos en 2019. Que "il capo" de la iglesia es él y no Jesucristo es un lapsus memoriae.
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