El Papa Francesco jamás llama bárbaros a los emigrantes. El Papa Francesco describía la iglesia del S.XX a los obispos italianos. Una inmensa pradera cubierta de miles de plantitas de diferentes tamaños, aromas, y flores. Era tal la multitud de especies, y diversidad de flores, que cualquier joven católico terminaba sientiéndose identificado con alguna de ellas. Pertenencia.
El Papa Francesco jamás llama bárbaros a los emigrantes. Explicaba el Papa Francesco que en el S.XX, por cada dos jóvenes que se casaban, daban a la iglesia "un chicco" (baya) en cuyo interior había más semillas con variaciones de la especie. Al crecer, cada adolescente se integraba -según su sensibilidad espiritual- en cualquiera de los numerosos grupos parroquiales.
Ahora los matrimonios católicos no tienen tantos hijos. Ahora las parroquias no poseen tanta variedad de grupos y/o movimientos pastorales. Ahora la juventud católica no encuentra esa pradera polícroma, multiforme, multicolor...
El Papa Francesco jamás llama bárbaros a los emigrantes. Y el Papa Francesco cometió el "error" de formar una bolita en el aire, con su pulgar e índice delante de los obispos italianos y dijo: " Ora non abbiamo chiccos, ma abbiamo kikos " , haciendo con sus dos manos la forma de una mazorca*. La carcajada de los obispos presentes fue casi general (Ojo, se ha escrito "casi").
*Plantas uno y te salen cientos, ya en formato comunidad.
A lo explicado por CruxSancta y Neocatecumenali, añádase el vídeo que viene a continuación.
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