Uno escucha la "Eucaristía Candomblé" y ¡Ops! reconoce al compositor: el Espíritu Santo. La tercera Persona de la Santísima Trinidad que sólo "inspiraba" las cancioncitas del kikón (los cancioneros litúrgicos católicos no, claro) Resulta que desde el CVII el Espíritu Santo se ha dedicado a hacer un corta-pega para todas las sectas cristianas. Está claro que como Dios que es, inseparable de Jesucristo y El Padre, puede hacer su Divina Voluntad. Pero... 1) Los "cantos" de los kikos valen lo mismo que el diabólico Candomblé, la Missa Gaia (Paul Winter Consort) y la de New Age. Bueno, pero con muchísima menos calidad musical, es obvio. Kikón no escucha y con la tercera Persona de la Santísima Trinidad no iba a hacer una excepción, claro. La voz e interpretacion de Virginia Rodríguez no tiene nada que ver con los gritos del kikón y sus clonatoris mater. 2) Las canciones del diabólico Candomblé valen "lo mismito" que los "cantos"
Non temere, perché Io sono con te; non smarrirti, perché Io sono il tuo Dio. Ti rendo forte e anche ti vengo in aiuto e ti sostengo con la destra vittoriosa. (Isaia 41.10)
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